Esta clase fue diferente al resto de las clases, es que
según dijo la profesora Erna vamos a hablar de temas más profundos. Para estas
actividades nos dividimos en 3 grupos y cada grupo presenta su actividad en una
clase diferente. A el primer grupo le dijeron que trajera papel de diario y
mucho. Primero ese grupo se sentó en círculo al medio dejando en el centro
todos los papeles, luego dieron las indicaciones que eran que solo con diario y
scotch (cortando con las manos) deberían hacer algún objeto o símbolo que les
recordara a esa persona querida y muy importante, a esa que persona que nos
hizo ser quienes somos. Al correr el tiempo hermosas formas se formaban con el
diario y mucho más hermosas fueron las palabras de mis compañeros. Ellos debían
contar quien era esa persona y por qué significaba tanto para ellos, muchas
personas eligieron a sus hermanos, padres, abuelos, amigos, etc. Las historias
eran emocionantes, y tan emotivas que a todos nos hicieron caer lágrimas en
algún momento, es increíble conocer tales experiencias de vida, y más asombroso
con gente que conozco hace tan poco tiempo, la confianza que se ha formado
entre nosotros es muy buena, porque no a cualquier persona le cuentas tales
cosas, además el ambiente de respeto que se formó fue agradecido por la gente
que presentó, porque supongo que para nadie es fácil contar cosas tan fuertes a
gente que prácticamente son desconocidos.
Al escuchar todos los relatos hubo uno que me hizo sentirme
identificada, que fue cuando una compañera que habló de su hermano menor, esto
me llamo poderosamente la atención ya que siento lo mismo hacia mi hermana
pequeña de 11 años, siento que a su corta edad sabe tantas cosas, muchas veces
ella me cuida a mí, me aconseja, me abraza cuando me siento mal, y sabe siempre
cuando tengo pena y la necesito, ella es una de las razones más fuertes para en
algún momento quedarme en mi casa cuando quería irme, es mi cable a tierra, mi
regalona, mi amiga, mi HERMANA. Muchas veces me veo reflejada en sus actitudes,
en lo que dice, en su forma de pensar. Me hace tanta falta acá en Santiago,
aunque tenga muchas amigas, nadie es como ella. Es por esto que si me hubiese
tocado a mi realizar la actividad hubiese hecho una corona, porque ella es mi
princesa.
Bueno con esta clase aprendí a valorar a la gente que me
rodea, a darme cuenta que la gente aunque muy bien se vea por fuera puede estar
sufriendo mucho por dentro, a saber que todos tienen algo que les duele, o que
les pesa, que la vida te pone obstáculos y la vida te enseña a superarlos junto
a la gente que nos quiere y nos protege. También aprendí a respetar los dolores
ajenos, a escuchar, saber que si te pasa algo no puedes desquitarte con todo el
mundo, que cada uno carga su propia cruz y hay que aprender a llevarla en paz.
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