Mi nombre es Florencia Susana González Fuenzalida, nací un 5 de Diciembre del año 1994 en la Clínica de Curicó (Séptima Región). Mis padres son Diego González C. y Susana Fuenzalida V., ambos nacidos y criados en la séptima región. Soy la cuarta de 6 hermanos; dos por parte de mi papá: Jorge (27) y Constanza (24), y los otros hermanos por ambos lados Diego (20), Cristóbal (15) y Valentina (11).
Viví hasta los 9 años en la ciudad, cerca de él que fue algún día mi jardín (Santa Claus), cerca mi colegio (Vichuquén), mis amigos etc. Pero a los 10 años al crecer la familia nos vimos obligados a cambiarnos a una casa más amplia ya más adentrada en el campo y cerca de mi familia por parte materna (tíos, abuelos).
Seguí yendo al mismo colegio, ya que no nos cambiamos muy lejos (a 15 min de la ciudad), y teniendo una vida mucho más relajada y cercana a la naturaleza.
De pequeña siempre fui estudiosa y muy esforzada, hasta que llegué a media y comencé a relajarme y a aprovechar más otras cosas, como pasar tiempo con los amigos, familia, etc. Aunque nunca dejé de lado mis estudios destacándome siempre en biología y química. Todo esto lo compatibilizaba con mi lado deportivo que me enseñó a trabajar en equipo, practiqué desde vóleibol y futbol, hasta mi favorito el hockey.
En quinto básico realice mi primera comunión con mi curso, paso muy importante ya que provengo de una familia muy católica.
Ya en tercero medio confirme mi fe en sagrado sacramento, paso aún más importante, al estar más grande y con mayor poder de discernir.
Mi etapa de colegio fue extraordinaria, tengo recuerdos imborrables, en el aprendí muchísimo, crecí en todo sentido, conocí a amigos de verdad que aún conservo, y con la ayuda de todos los profesores pude quedar en la universidad que quería.
Actualmente estoy en primer año de Terapia Ocupacional en la Universidad de Chile, en Santiago y vivo en Providencia con mi hermana Constanza, elegí esta carrera porque me gusta el hecho de ayudar a las personas con problemas, a mejorar sus vidas en lo que se pueda y compartir con ellos y apoyarlos en cada desafío, este es mi propósito estudiando terapia.
Por otra parte ha sido muy difícil estar separada de mi familia, por eso trato de viajar todos los fines de semana a Curicó que queda a 2 horas aprox. De Santiago. En este mes que llevo de universidad he aprendido a conocer y respetar, pero más que nada a valorar todo lo que alguna vez se me entrego, y a valorar lo que tenía en casa. Aquí en Santiago tuve que aprender a ser una persona mucho más independiente, prepararse la comida, viajar sola, hacer aseo, etc., pero sobre todo la soledad que se siente al pasar de una casa llena de niños a solo escuchar el ruido de los autos, pero esa es una parte importante de crecer y de madurar.
Y de pronto cuando crees saber todas las respuestas, la vida te cambia todas las preguntas..
